miércoles, 18 de mayo de 2011

En el Día Internacional de los Museos : mi obra de arte favorita

 LA TEMPESTAD de Giorgione.
    Renacimiento italiano, siglo XVI. Pintura (óleo sobre lienzo).  Se encuentra en la Galería de la Academia de Venecia.
Por Isabel del Río, profesora de Hª del Arte del IES Ciudad los Ángeles 

¿Nos miran?
Las imágenes siempre nos miran por encima del lienzo y más allá de él, desde sus óleos sedosos y más allá del muro que sujetan, desde los confines de un tiempo al que ya han dejado de pertenecer.

¿Tiempo?
Incomprensible y secreto como la biografía de un autor, del suyo o del nuestro, creador con paleta y pincel, campesino o marinero, padre de la Naturaleza acuosa de perfecta asimetría.

    Fue Giorgione un pintor exquisito, de aquella Venecia oriental y brumosa siempre presente en las leyendas de los cementerios de humo y de las góndolas de canciones olvidadas.
    Fue Giorgione un cabalista tardío y un humanista moderno. Discípulo de los Bellini, maestro de Tiziano, defensor de la Diosa Blanca, procaz e irónico con los constructores de imperios de oro.
    Fue Giorgione el pintor de las carnaciones primorosas, del aire atrapado y de la palabra hecha color. Narrador incomprendido de un mundo primigenio, ajeno a tecnicismos de disección contable y contabilidad aún hoy dudosa.

    "La Tempestad" rezuma muerte y rezuma vida: madre y niño, un pastor que camina hacia el futuro pendiente del nacimiento y huido de los cielos que amenazan. Atrás un paisaje dividido pero también unido en puente y barca.

    Obra maestra de perfecta asimetría, de treinta transparencias y mil y una noches verdes. Mundo acabado y completo en sí mismo, que conversa en su resbaladizo abismo con nuestro tiempo robótico, ajeno y cercano.

Seiscientos años después de tu muerte, Maestro, aún te escuchamos.


Isabel del Río, profesora de Hª del Arte del IES Ciudad los Ángeles, autora del libro "LAS CHICAS DEL ÓLEO, pintoras y escultoras anteriores a 1789" y coautora de la novela "ARIZA".

No hay comentarios: